jueves, 7 de junio de 2012

¿Qué somos?

Humanos, sacos de carne, grandes personas, individuos indeseables, héroes... ¿Qué somos? ¿Quién lo determina?

El ser humano y su estancia en el mundo pueden ser complicados. Hoy somos algo, mañana nada. Agua y fuego, todo cambia del día a la noche.

Nuestros actos nos determinan. La opinión que tienen los demás de nosotros, la que tenemos de nosotros mismos. Pero los actos que repercuten son los negativos. Un fallo, unas malas palabras en el momento inadecuado, nos pueden lastrar hasta el fin de la existencia. Los buenos actos sin embargo pasan más desapercibidos. Sólo aquellos que más nos aprecian los valorarán y nos gratificaran por ellos.

De estos malos actos, ¿como cuantificamos su valor?... Esto es algo muy subjectivo, no se puede determinar. Pero se debe tener en cuenta que la opinión de los demás cuenta, y eso es lo más importante.

En eso consiste la existencia. Tener mucho cuidado con lo que decimos o hacemos. No queremos que nos juzguen, que nos puedan poner una etiqueta o que injurien contra nuestra persona. Por eso esa especie de vergüenza social que existe en la sociedad.

Sí, y digo vergüenza social porque es lo que nos encontramos día a día. De cara a la gente todos necesitamos e intentamos ser perfectos.

No obstante, tras esa careta de buenas personas, amables, sensibles y demás, se encuentra nuestro verdadero ser. Egoísmo, avaricia, intolerancia, vejación... muchos son los atributos que, en un intento desesperado de pertenecia a la sociedad, ocultamos y maquillamos, con una sonrisa mañanera o un detalle en el autobús.

Así pues, no nos engañemos. No digo que todo el mundo sea así, está claro que no. Pero muchas veces nos encontraremos con esta gente, que poco a poco se destapará a sí misma.

Que yo me incluya o no, ya es mi problema.

P.D.: Una entrada filosófica de vez en cuando no está nada mal ;)

miércoles, 30 de mayo de 2012

Oculto en la luz

Hoy he ido a comprar morcillas. Me gustan grandes, llenas de sangre, y algo duras. A nadie le amarga un morcillote, dice el dicho.

Pues queso.

Y os cuestionaréis, ¿y a mi que cojines me importa?. Pues os diré que yo no importo nada, solo consumo producto español, ya os he dicho, morcillotes.

Los compré en Carnicería "La Pata". El nombre me ha dado algunos problemas. Al salir de casa le dije a mi madre, "Mamá! Me voy por La Pata!" y mi madre "¿Por la pata pa´bajo?" y yo "Sí, sí, vuelvo ahora". Se pensó que me cagaba. Ello no quita que me cagaba igualmente, pero eso es otra historia que contaré otro día.

El carnicero me vio con mala cara, me preguntó dónde estaba "la pata". Yo le respondí que estábamos en ella, ¿no?... Terrible equivocación, mi madre debía 40 €, mucha "pata". Al ver que no tenía la susodicha pasta el carnicero quería hacerme carne picada. Pero si no tenía pasta, ¿para que quería carne picada?... no se. Así que, agarre mi morcillote y huí despavorido, y me fui por la pata pa´bajo. Ya os he dicho que me cagaba.

Menudo periplo.

No me apetecía explayarme lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir.

P.S.: El humor escrito es complicado, pero os voy a dejar un poco de humor negro en esta foto:

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFpqJ4F3S5248rC6MhKtECWzzRvDcklSLXjskPbgL-ZOo-cjDJXzqyvNc3ISDOCA6MZ9QJ4K0MqmGo5dBEvuzXa4lpo3p9Z0hhkvLuV0H00QkkRUx86pFS04eIRw3tYIM9EIHHiWFod1FP/s400/humo+negro.jpg

miércoles, 23 de mayo de 2012

De niños y mujeres

Ayer estube pensando. Tenía diarrea y me pasé mucho tiempo en el retrete. Es el sitio dónde mejor pensamos, leemos, estudiamos...

Cuántos presidentes decidieron el futuro de un país en el retrete. Aldolfo Suárez, Felipe González, Aznar... Zapatero el pobre sufría de estreñimiento y así nos fue. Bueno, ya ni hablar del rey, héroe de la Transición a la Democracia, como no, desde el trono. Si señores, el trono. Precioso nombre para el cagadero. Entras, imaginando que suenan trompetas... y allá va, tú haces la traca final. Sublime.
Pero no sólo políticos usan este sistema. El pueblo llano lo usa cantidad. Y la gente de la montaña, también. Quien no se leyó todo Harry Potter en el baño, o Crepúsculo, Milenium... El baño se convierte en nuestra oficina.

Pero lo mejor del baño es el estudio. La mejor biblioteca, sin duda. Gente que en época de exámenes se bebía una botella de laxante y a chapar. Claro está, esos son los que sacan matrícula, los verdaderos héroes de nuestra sociedad. Benditos cagaos.

Y por último, es el sitio de la tecnología. Whatsapp, Twitter, Tuenti, Facebook... el baño es donde somos más sociables. Publicamos twets como "Estoy cagado por el examen de mate", "Esto es una mierda" u otros como "Me ha dejado con la mielda en los labios". La gente no tiene mierdo de cagarla.

Bueno, dicho todo esto voy acabando, que ya va siendo hora.

Oh! Mecagoen! No queda papel...

P.D.: El título no es muy acorde al contenido, lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir.

sábado, 21 de abril de 2012

Er Rey

Dicen que la gente que tiene un blog debe hacer entradas con bastante regularidad. Yo tengo suerte de no ser gente.

Bueno, después de esta breve introducción debemos dedicarnos al asunto que nos concierne. Quizás hoy debería hablar sobre asuntos de actualidad política, social y económica. Pero es evidente que a los españoles de a pie no les interesa eso. A los españoles sentados tampoco les interesa.

Hablemos del rey pues. En los últimos días se le ha puesto en duda. Dicen que va viejo. Dicen que se fue a casar, y se conformó con un elefante. Sofía se enfado, pero el elefante era cariñoso, afable. Pesaba  menos que sofea.

A partir de ahora el hijo del rey ya no sería un infante, sino elefante. A Froilán no le gustó. Tenía pensamientos dispares... "¡No dispares!", le dijo el Rey. Pero el lo hizo. Qué mala pata, pensó Juanca.

Froilán fue operado. El Rey se quejó, "¿No estaría mejor en un hospital que en la ópera, Francisco?", el príncipe replicó, "Me llamo Felipe, padre". Peculiar anécdota.

Froilán se puso bien de pie, para que lo vieran todos. El Rey se rompió la cadera en sus clases de mambo de los viernes. Craso error bailar la bomba.

Ya conocemos en profundo la historia de la casa real. Pequeña entrada, incluso anecdótica. Solo me queda pedir disculpas por ella.

Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir.

Y una mierda.


martes, 3 de abril de 2012

JOJLE en ANDROID

Me complace informaros, que en JOJLE ya disponemos de aplicación para la plataforma ANDROID.

Si bien, esta aplicación no ha sido creada por mí, ya que carezco de los conocimientos necesarios, se ha creado gracias a una sencilla web de internet.

Así que no os quejéis de la pobre interfaz. Ah! Tampoco está en Google Play (market), ya que valía billetes colocarla y no merecía la pierna.

Pero aquí podéis bajarla, es de gratis:



Dicho esto, que os focke una foca.

miércoles, 21 de marzo de 2012

En el súper

Hoy he tenido una experiencia indescriptible. Pero la voy a describir, porque soy así de chachi.

En defecto, digo... en efecto, hoy he estado en el super. Y os preguntaréis, ¿Que cojones hacía este con superman? Pues no mis fieles gilipollas, no, no estuve con superman (estaba liado), fui al SUPERMERCADO, donde los sueños de las mil y una manchas se hacen realidad.

Hecha esta ínfima introducción, mas o menos igual de infima como vuestro coeficiente intelectual. Mas bien tirando a menos. Pero vuestra poca inteligencia no es el asunto que hoy nos concierne aquí. Venimos a hablar de mi periplo:

Esta mañana me levanté con ganas de trabajar, de esforzarme y sentirme realizado. Por supuesto, me volví a la cama hasta que se me pasó esa sensación.

Ya despierto y preparado para un infructífero día, me decido a desayunar. Opto por tomar algo de fruta, mas cuanto será mi asombro cuando reparo en que no queda fruta. Claramente iba a ser un infructífero día.

Por consiguiente, marcho hacia el ultramarinos, ataviado con mi traje de neopreno y arpón en mano. Mas, ingrata sorpresa al observar el establecimiento, carente de cualquier tipo de elemento acuático.

Tras este pequeño infortunio, entro en el local a comprar la codiciada fruta.

Y tan codiciada...

Hallándome en la sección fruteril, y decidido a adquirir el último melón del estante... ¡¡Pardiez!! Senil señora con voluminoso melonar que se dispone a arrebatar el mangar. Con mi conocida don de gentes, la invité amablemente a retirar sus sudorientas manos de mi futuro desayuno, tal que así: "Disculpe mi buena y hodorienta señora, pero, ¿para que requiere usted este melón, sin con su vasto melonar, sus ubres de proporciones bíblicas, me atrevería a decir, ya podría alimentar a sus hodorientos familiares?"

Malquerida señora, pues por mi humilde acto de vontad hacia el melón, tremebunda agresión física recibí.

Asi pues, viendo que con personas tan incultas y faltas de sapiencia no se puede dialogar, volvíme con mi traje de neopreno y arpón en mano a mi humilde morada.